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Honor: El Valor de la Verdad
(La
Marca del Mérito)
El Honor, (conocido a veces mediante muchas ortografías entre las que están: honour, honor, onour, onur, hounor, onor, ounour, y honos) es una cualidad muy difícil de explicar a otro de nuestro propio tipo. Normalmente, si uno lo tiene, las explicaciones son innecesarias; y, si uno no lo tiene, las explicaciones no son posibles.
Un buen diccionario lo explicará desde el punto de vista de una cualidad y un tipo de comportamiento. Un ejemplo podría ser:
La estima debida o el pago justo; alta estima; reverencia; veneración (no hay Profeta sin honor, sino en su patria y en su propia casa--Mateo XIII: 57);
Un testimonio o señal de estima; cualquier marca de respeto o de alta estimación por palabras o acciones; como honores militares, honores civiles. (Sus honores fúnebres exigieron y pidieron sus calladas tumbas--La Eneida, Virgilio. Traducción directa de la versión Inglesa de Dryden.);
Dignidad; rango o lugar exaltado; distinción; noble apariencia (¡Erguidos como Dios! Vestidos con el honor nativo--El Paraíso Perdido, John Milton. Traducción directa de la versión en Inglés);
Reputación; buen nombre; como, su honor es inmaculado.
Un sentido de lo que es correcto, justo y verdadero; el respeto dignificado por un carácter que resalta en probidad, principio o rectitud moral; desdeño a lo mezquino.
En total, hay al menos 31 niveles en la definición de honor. Mientras no está dentro del alcance de esta escritura dar tantas definiciones de honor, está dentro del alcance de esta escritura mostrar el lugar que el honor tiene como una guía para la especie gemela: Humano. Para el Sabio, el honor descansa cómodamente al lado del Maat y el Genesu.
Según el antiguo Sabio (ellos medían el corte de un hombre por el grado en que el hombre demostraba la presencia de piedad--Honor, Maat, Genesu), un hombre no podría ser llamado hombre si no poseía alguna de las tres gracias. Si un hombre no poseía las tres, él no era considerado digno; él era sólo un animal buscando volverse humano.
El Honor, sin embargo, debe permitirle al animal hablar libremente. También, para aquél quien posee el honor, en su mente debe permitirle el derecho de opinión a los animales. Esto significa que uno no debe pensar en ellos como inferiores o estúpidos si ellos tienen una opinión diferente de lo que podría esperarse de un humano. Pensar en alguien, incluso en un animal, como un ser inferior debido a sus pensamientos, significaría que el oyente ha dejado de ver a quien habla como persona, y ahora lo mira como la idea que presentó. En cualquier caso, este patrón de pensamiento no es honorable; no es indicativo de una mente que de verdad siente que cada uno tiene derecho a su propia opinión.
Las emociones son otro impedimento para honrar verdaderamente nuestras creencias. En el ejemplo anterior, uno podría empezar a disgustarle o incluso odiar al proponente de aquello que uno siente que es un ideal inapropiado. De nuevo, esto no es indicativo de una mente que de verdad honra la creencia de que todos tienen derecho a su propia opinión. Es indicativo de una mente que honra la creencia de que todos tienen derecho a su propia opinión siempre y cuando la opinión que se presenta esté de acuerdo con la de uno.
Si alguien quisiera conocer el significado de honor, permítale estudiar el discurso siguiente:
Haced vuestro propio pensamiento y nunca hagáis algo que sintáis o penséis que es incorrecto; de tal manera que seas siempre verdadero con respecto a vuestros propios valores internos; Así, mientras viváis vuestra vida, haced el menor daño a otros como sea posible;
Nunca reclaméis victorias que vos sabéis en vuestro corazón que no son victorias verdaderas; de tal manera que lloréis siempre la pérdida de inocencia que descansa dentro de ellas;
Independientemente de cómo el mundo externo percibe vuestras victorias o vuestras pérdidas, vuestra conducta siempre debe ser verdadera con respecto a vuestras propias percepciones, pues no ganáis honor al permitirle al ego excesivo que reclame lo que no es vuestro;
Recordad siempre que ser un instrumento del dolor o la muerte de otro no tiene honor alguno--independientemente de las circunstancias; pues lo que veis en vuestro enemigo que os causa disgusto, en verdad lo veis en vos, porque, cada uno en su tiempo desempeñará el mismo rol.
Más allá, comprended que siempre habrá personas más capaces y menos capaces que vos en todas las cosas, en cualquier actividad dada. Con el tiempo, cada uno ocupará todos los puntos a lo largo del continuum de la existencia. Por consiguiente, no penséis en términos de victorias y pérdidas, en su lugar, pensad en términos de una interacción en donde los dos tienen la oportunidad para aprender y crecer--recordad, el regalo más grande que puede darse a otro es el regalo del yo, el regalo del entendimiento, el regalo del reconocimiento, de que es de nuestro propio tipo.
La actitud de victoria o pérdida, si se sostiene incorrectamente, y/o la falta de honor, obstruirán todas las puertas que llevan a los reinos más altos. Sin embargo, la actitud de interactuar por la búsqueda del crecimiento, sola, no necesariamente abrirá todas las puertas.
Permitid al verdadero buscador crear altos ideales por él/ella mismo(a) y que empiece a vivir por estos ideales. No los dobleguéis por nadie, pero por grandes que estos ideales puedan ser, no los impongáis en otros.
Para mantener el honor y otros ideales, es necesario atar el valor más alto al sistema de valores del Maat, al Genesu y al Honor; en la medida en que son ellos quienes serán la verdadera guía del buscador en el Predestino de la vida. Entre más alto sea el valor, más rápido se logrará el cambio. Así como el dinero es sólo papel hasta que el Hombre coloca un gran valor en él, la sabiduría es sólo palabras hasta que el buscador coloca un gran valor en esas palabras.
Cuando todo esté dicho y hecho, ningún individuo puede escapar de la atención del Honor con respecto a La Alianza de La Regla. Sobre este nivel del Honor, nosotros descubrimos que los bordes del honor son el respeto y el amor.
En el sentido más estricto del concepto, la presencia o la ausencia de honor en las ilusiones de un individuo es, de hecho, la entrada, la Llave Kármica que activa los poderes del Ankh, cuyos poderes permiten el viaje entre este plano de existencia y los planos Astrales.
Hay un viejo refrán, "el Honor muere donde descansa el interés". Esto es no decir que el interés de uno en las cosas destruirá el honor de uno automáticamente. Ni siquiera significa que el proceso de tener intereses-propios destruirá el honor de uno. Sólo significa que un individuo debe estar siempre alerta de asegurarse que el interés-propio no se vuelva más importante que el interés en el todo. Infortunadamente, las muchas maneras sutiles en las que el interés-propio obtiene una posición establecida en los asuntos de la vida, demanda que el individuo se vuelva un Centinela del orden más alto.
Un Centinela del orden más alto dicta que un individuo esté para siempre en guardia contra su propia decepción--el honor es bastante frágil, en el mejor de los casos. No hay tiempo alguno en que el honor pueda sacrificarse sin riesgo alguno y al mismo tiempo se mantenga en nombre de lo que queda; ni hay tiempo alguno en el que el honor pueda colocarse a salvo a un lado por un momento, debido a las necesidades especiales requeridas por el servicio de las demandas obedientes del Centinela. El Centinela debe manejar un curso firme a través de las corrientes y torbellinos del fango de la vida. Mientras guarda un ojo en vela sobre su interés-propio, un ojo más penetrante debe permanecer sobre las necesidades de otros--una de las primeras fuentes para la auto-decepción.
Sin embargo, el interés-propio es sumamente importante para el bienestar de un individuo. El éxito en algo requiere la presencia no sólo de interés-propio, requiere también la presencia de auto-motivación. El punto es no perder de vista las metas que de hecho beneficiarán a todos al involucrarse a favor de metas que sólo servirán al ego. Aún, el individuo tiene que cuidar de sí mismo, pero no a expensas de su honor. El Centinela siempre debe recordar que la definición de honor que mejor funciona es: el valor que se aplica a la verdad.
Como una telaraña trabajada, los hilos del honor entran muchas direcciones. Los hilos del honor gobiernan muchos niveles de la comprensión. Aunque podría parecer que estos están al revés, los siguientes son los seis puntos de poder que se asignan al honor:
El primer nivel del honor debe, necesariamente, ir hacia uno mismo (todo lo que es, todo lo que podría ser, debe, por la misma naturaleza de la creación, ser experimentado dentro de la cubierta del yo, si es que va a ser experimentado de alguna manera).
El segundo nivel del honor debe ir hacia nuestros compromisos (todo está dicho e implicado en el comportamiento. Hay de hecho verdad en el viejo refrán que afirma que un individuo sólo es tan bueno como su palabra).
El tercer nivel del honor debe ir hacia las interacciones que uno tiene con las necesidades del planeta en cual vive; este nivel no sólo atenderá las necesidades de los otros miembros de nuestra especie, determinará la calidad de vida de todos los que comparten el planeta viviente--que debe ser servido antes que cualquier otro nivel que le sigue, si la especie va a llegar a conocer la paz.
El cuarto nivel del honor debe ser a nuestros padres (recordad, hay una gran diferencia entre honrar a nuestros padres y ser su esclavo. Una descendencia siempre le debe honor a sus padres; aunque, el respeto debe ganarse).
El quinto nivel del honor debe ser colocado dentro de la Hermandad del Hombre; cuidando por el bienestar de todos los que residen en su ciudad, ésta se constituirá en un buen lugar para vivir. Si a un individuo se le niegan derechos que otros disfrutan, tal que los derechos de nadie quedan libres de prejuicio--es sólo cuestión de tiempo antes que los derechos de los que disfruta el favorecido, le sean quitados; Entonces, cada uno puede esperar recibir lo que dio a otros. En otros términos, lo que va, viene (lo que por agua viene, por agua se va). Cuando un individuo lanza el pan a las aguas, para bien o para mal, el acto se le devolverá multiplicado por mil.
El sexto nivel del honor debe ser puesto en las necesidades de su país--la mayor fuerza que un país puede tener es la de fortalecerse por los lazos del comercio que existe entre las diferentes partes de ese país. El libre comercio entre los países hará cada país aún más fuerte. Debe recordarse que entre menor sea la necesidad de emigrar de un país a otro para disfrutar una vida de calidad, más seguras se vuelven las fronteras de los países. Si cada uno puede disfrutar su lugar en el sol, la disputa no residirá en ese país.
Mientras el primero de los seis puntos del poder del honor coloca al individuo primero, como especie debemos reconocer que todos debemos avanzar, no sólo unos pocos selectos; Si ignoramos las necesidades especiales de aquellos que son menos afortunados, no hay honor en lo que hacemos. El honrarnos sólo a nosotros produce la destrucción los mismos fundamentos del honor. Recordad, todos los seis puntos deben estar presentes, en equilibrio, si el honor va a estar presente en la vida de uno.
Ganar el honor es ganar respeto. Ganar respeto es ganar responsabilidad. Ningún individuo vive en el vacío; así, un individuo honorable, respetado atrae a su alrededor a aquellos con ciertas expectativas y demandas. Las responsabilidades de un individuo ganan más poder con este fenómeno de unidad con el todo. Entre más respeto, más poder; entre más honor, más poder; Entre más poder, mayores oportunidades para el posible éxito. Así mismo, entre más poder, mayores oportunidades para el auto-engaño--hay una diferencia entre el poder que uno tiene y el sentimiento que uno tiene de presunción (engreimiento).
Una paradoja por derecho propio, la Triunidad del honor, el respeto y el poder manejan fuerzas que pueden arremolinar a un individuo hacia las garras de las Fuerzas Oscuras de la individualidad, si el sentimiento de presunción se deja descuidado. La fuerza que propulsa al individuo hacia la fama [y así hacia la destrucción] es la misma fuerza que le permite al individuo ser humilde ante el poder, propulsándolo así a alturas aún mayores.
El honor es, al mismo tiempo, huidizo aunque asequible. El honor es, al mismo tiempo, abstracto aunque concreto. No es posible para un individuo sacrificar el honor accidentalmente. Los límites que separan las fronteras del honor con respecto al servirse a sí mismo están muy claros. La responsabilidad de cada uno, si va a permanecer honorable, descansa no sólo en mantener esos límites, sino en vivir dentro de ellos con un corazón contento. Tristemente, sin embargo, el honor, si la verdad hablara, es una cuestión simple; pero, como las tantas otras verdades paradójicas, su complejidad parece desafiar su simplicidad.
Un individuo que buscaba volverse Sabio una vez le preguntó a su maestro: "Maestro, que es lo bueno del honor si siendo honorable yo no puedo conseguir las cosas que quiero? "
A lo que el maestro respondió: "¿En dónde está lo bueno de conseguir todo lo que queréis en este nivel de experiencia si descubrís que las cosas que pensabais que queríais eran sólo la sombra de las cosas que realmente querríais? "
El Estudiante contestó entonces: "Maestro, si yo descubriera que esto es verdad, no habría yo entonces desechado las sombras de la verdad para seguir la nueva luz... En el desechar de las sombras de la verdad, ¿no tendría entonces la habilidad de reconocer el valor de la verdad? "
A esto, el maestro contestó: "Saltamontes, ¿cómo podéis saber el valor de la verdad si no sabéis el valor de honor? "
El estudiante pensó por un rato y entonces respondió: "¿Maestro, por qué yo necesitaría el honor? ¿No es suficiente para mí saber lo que yo siento? ¿No es verdad que para ascender a un nivel mayor de sabiduría uno sólo necesita saber el valor de la verdad? "
El maestro sonrió y entonces contestó: "Saltamontes, ¿por qué habéis venido aquí? "
El estudiante respondió: "Yo busco escapar de la trampa que ata mi Karma a los niveles más bajos de la Experiencia Tierra... "
El maestro sonrió de nuevo: "¿Es posible ganar el pasaje de un nivel a otro y todavía mantener los deseos hacia el nivel más bajo? "
El estudiante contestó: "No, Maestro. Para entrar en un reino más alto, uno debe dejar atrás los cuidados del mundo más bajo...", Hubo un momento de silencio, "Yo debo dejar atrás las sombras... Debo reconocer la verdad en todas sus formas... Es entonces cierto que el precio por atravesar la puerta deseada es saber que... el honor es sólo el valor de la verdad! "
El maestro replicó: "Habéis ganado sabiduría, Saltamontes, habéis ganado sabiduría."