#R04.
Ruthe
(El
Destino Recorre los Caminos)
Ruthe (pronunciado como si se deletreara Ruth) es uno de los nombres más
antiguos para los aspectos sagrados, pero solidificados, del Cazador del
Infierno. En la mayoría de los casos, cuando un individuo encuentra su Cazador
del Infierno, este encuentro normalmente se da vía la Interfase de Intercambio
Emocional. Cuando uno ve a Ruthe, uno nunca puede estar seguro a qué nivel de
creación está uno mirando.
Además, cualquiera que es lo suficientemente afortunado como para tener un encuentro como tal, usualmente ve una visión diferente, una visión que satisface el karma del individuo. Esto es porque normalmente no es visto nunca en este lado de la PuertaDoble que separa el Ba de un individuo de su Ka--el Mendella De La Sangre. Es visto desde el MundoInterior del individuo--es una visión Alfa del individuo. El encuentro sólo es conocido por el cambio que este encuentro causa dentro del individuo.
Sin embargo, cuando cualquier individuo se encuentra con Ruthe, encuentra lo sagrado, pero solidificado, del Cazador del Infierno dentro de su MundoInterior... la parte interna más protegida de su ilusión del Yo. Es como encontrarse con uno mismo personalmente. Raramente tiene uno la oportunidad de hablar directamente con Ruthe. Se dice que Ruthe sirve a menudo como el Asphyx de un individuo; de tal manera que si hablan, Ruthe llevará al individuo a otro plano de existencia que es, normalmente, como el cruce de una PuertaDoble de la Realidad; de nuevo, es, aparentemente, un viaje en un sentido único.
Mientras la vida, en sí misma, continúa para el individuo, ésta nunca regresa por la PuertaDoble que separa esta realidad común de la realidad común de otra dimensión, otro Universo, otra Galaxia, otro Sistema-Solar u otro Planeta.
Ruthe siempre se ve tarde por la noche, normalmente a lo largo de un camino estrecho, solitario, que está sumido en bancos-de-niebla; la aparición es vista entrando o justamente saliendo de un banco-de-niebla. Se dice que Ruthe recorre los caminos del Hombre, llorando por la pérdida de sus hijos; si un individuo alguna vez encuentra a Ruthe y si pasa lo suficientemente cerca como para oír, se dice que el vidente puede oír un lamento tipo chillido que se sobrepone al lamento del viento (el lamento de Ruthe no es diferente al lamento de Banshee en el viento aullador. Se dice que si un individuo alguna vez oye el lamento de Ruthe, el sonido estará para siempre en la mente de ese individuo... se dice que aquél quien ha oído a Ruthe conoce su Karma a primera vista, cuando él se ha atrevido a mirar en el Espejo Mágico de él mismo).
Ruthe normalmente se viste, si vestirse es el término, con una capa oscura... o una capucha oscura que se asemeja a la ropa más temida por el individuo--harapos--que raramente se ven claramente. En cualquier caso, aquél que es tan afortunado como para encontrarse con Ruthe, al hacerlo, encuentra a un maestro divino especial cuya aula no es de esta Tierra... y cuyas enseñanzas son de largo alcance, de hecho. Se dice que la oportunidad del encuentro enseña al buscador, vía las visiones, cosas acerca de sí mismo que son tan confidenciales, que incluso él se había olvidado de éstas... se dice que una vez lo encuentra, el buscador nunca puede volver a sus viejas costumbres de pasear en busca de auto-satisfacción... se dice que el buscador debe, después de la visión de Ruthe, buscar la visión que le fue revelada... el buscador debe buscar el sendero hacia el árbol De La Vida.
Hay veces, después de haberse encontrado con Ruthe, que un individuo podría cambiar tanto que aquellos que lo conocieron antes del encuentro tendrían dificultad en creer que él es, de hecho, el mismo individuo. En la mayoría de los casos, tal encuentro, sean positivos o negativos los resultados, haría que ese individuo nazca de nuevo... Su vida se dedicaría al servicio de la Espiritualidad.
Si alguna vez hubo una encarnación de toda la soledad de todo Hombre... si alguna vez hubo una encarnación de todo el remordimiento por todo Hombre... si alguna vez hubo una encarnación de toda la empatía por todo Hombre... y, si alguna vez hubo una encarnación de una sola entidad emanando todo este penetrante, aunque inerte poder y energía para todo Hombre, sería Ruthe.
Si uno encuentra la aparición de Ruthe, el drenaje de la mente de uno es tan completo que aquello que tenía el valor, ya no tiene valor. Es reemplazado con un valor más allá de toda importancia individualista que asume un arquetipo de la forma de Ruthe.
Ya no tiene uno más el pensamiento de Yo soy... yo existo como el centro de todo. Si la verdad hablara en el momento que trajo el encuentro con Ruthe, los pensamientos de "Yo" se vuelven insignificantes ante la realidad de Ruthe... de hecho, ante la faz de todo.
El momento está tan alejado de nuestro Mundo de Lo Mundano como nosotros lo estamos de nuestro yo espiritual más alto... todos nuestros pensamientos fluyen a través de cada sinapsis del cerebro, a través de cada orificio del cuerpo buscando enseñar a través de cada apertura de nuestro cuerpo espiritual que no hay ningún "Yo"... que nosotros sólo existimos como una parte muy pequeña de la EspecieGemela: El Humano.
Ante la faz de esta verdad, de hecho, no hay más "Yo soy." La trasmigración a través de Ruthe es una barrera que sólo necesita atravesarse una vez, y una vez pasada, no hay ninguna posibilidad de retroceder. El "Yo" ha muerto y de repente nosotros comprendemos que la tristeza que sentimos no es porque no haya nadie a quien llorar su paso... En nuestro interior parecemos alegres de que esté muerto, de no regresar. En el mismo momento... el mismo encuentro anuncia que el "nosotros" ha nacido... y está muy vivo... está aquí para quedarse--¡de hecho, todos nosotros somos uno!
Después de encontrar a Ruthe, el proceso de pensar meramente sobre el encuentro... sobre los muchos niveles de significados de la visión... compelerá nuestra mente, nuestro cuerpo, y nuestras emociones a experimentar el dolor de amor que viene con la comprensión de que el Hombre, de hecho, está cautivo en el Infierno De Sus Propios Pensamientos... Ruthe nos enseña a entender la Arpía que dirige las necesidades... la angustia atormentadora... el remordimiento... y el dolor que traen las ilusiones del Hombre.
De hecho, habiendo sido una vez lo bastante afortunado como para encontrar una visión como tal... nosotros comprendemos que ésta es la fuente de nuestro dolor de amor por todo lo que existe... mientras su imagen (la de Ruthe), impresa para siempre en el alma, continúa recorriendo los caminos no-frecuentados, solitarios, nublados, del área más profunda de los miedos de la mente durante la más oscura de las noches... esperando eternamente que el Hombre reconozca su presencia, nosotros, quienes la conocemos, esperamos con ella.
La tristeza viene con la comprensión que nosotros compartimos un momento que no ha venido todavía... Ella espera el despertar del Hombre en un paso sombreado largo, apesadumbrado y entristecido. Bajo el Camino de la Eternidad ella espera, pero para siempre continúa moviéndose hacia adelante, llevándonos con ella.
Entre dos mundos, ella camina. Entre ese mundo que es, y ese mundo que podría ser. Como el 'Piloto Holandés Perdido', ella raramente aparece y raramente es vista. Pero, una vez cruzamos su sendero, uno nunca, nunca olvida el sentimiento. La espina que se eriza, nunca se marcha mientras uno recuerda ser parte de la presencia de ese momento... mientras nosotros compartimos la tristeza de recorrer lentamente el mismo camino... caminando lentamente con las cabezas inclinadas hacia abajo, aparentemente posicionadas justamente para que apunten a la extensión más resonante y sonora de la esencia de la Humanidad. La tristeza es sin límites y absoluta... de hecho, nosotros somos uno.
Todos los miedos del Hombre, todas las esperanzas del Hombre, todo lo que el Hombre fue, todo lo que el Hombre es, todo lo que el Hombre podría parecer consumirse, absorberse y cancelarse a través del corazón de Ruthe, en la medida de alguna amplitud magnífica, indefinida, del alma del Hombre sangrando por el amor que cada Hombre debe tener por los demás, pero que dolorosa y tristemente no tiene. Con tal verdad intrínseca, un momento pasa en la evocación de la imagen de Ruthe, y por un momento, sólo un momento fugaz, con penetrante claridad, todas las cosas parecen estar infinitamente suspendidas mientras comprendemos que todo lo que nosotros tenemos es la ilusión de individualidad... todos nosotros somos uno.
El lamento lloroso, silencioso, y sin fondo de Ruthe rondará la más ligera debilidad de la alma en la humanidad hasta que la humanidad vuele hacia la fuerza de su propio destino. Pero ese destino parece suspendido en las manos del Hombre infinitamente, mientras él aprende a asir la naturaleza de la Verdad. Porque en sus esfuerzos por asir los goteos de verdad, invariablemente, el Hombre parece permitirle gotear hacia afuera... el Hombre no ha aprendido todavía que si un amor se sostiene demasiado herméticamente, matará al amante mientras el amor muere. El amor sólo puede existir... el amor sólo puede compartirse si se permite que exista gratuitamente.
Si el Hombre pudiera esperar simplemente un poco más... si el Hombre pudiera simplemente buscar un poco más fuerte... Si el Hombre simplemente pudiera, si él pudiese sentir la naturaleza de la muerte de su propio agarre... de sus propios deseos de mantener la individualidad para él, solamente... ¿No está dicho que nosotros crucificamos a nuestros amantes en la cruz de nuestra propia creación por el deseo de convertir nuestro amor en una posesión?
Está dicho que soy yo, y solo yo quien no puedo verme como lo que realmente soy... Cuán triste es que esta verdad sea real...
Está dicho que un día yo atisbaré en el Espejo Mágico que me mostrará no sólo quién, sino qué yo soy en verdad... un yo sin la chapa de ilusiones... Cuán triste es que esta verdad sea real.
Está dicho que cuando yo miro en El Espejo Mágico que me refleja como Yo soy, entonces, y sólo entonces debo yo ver la verdad de Ruthe... Cuán triste es que esta verdad sea real.