Fig. #10. Todo lo que estaba ante ellos eran niveles de creaciones... ninguna de las cuales le reconoció su derecho a existir. Conducido por la naturaleza del juego que el Hombre escogió jugar, él descubrió que el Descenso era interminable... al menos, hasta que el Hombre comprendiera que no había lugar alguno hacia donde correr, en el que sus verdaderos orígenes no le seguirían. La arpía de su creación los seguiría incluso hasta el infierno... el infierno de sus propias ilusiones... el infierno de sus propios pensamientos.